Ya pasó un mes desde que llegamos y a veces siento de que es más, no por melancolía, sino por lo rápido que ha sido el proceso de adaptación. Ahora eso sí, a lo único que no he podido adaptarme como debe de ser es ir al supermercado; créanme cuando les digo que para lo único que se necesita el carro en este país es para ir al supermercado a hacer la compra, para lo demás existe el transporte público.
En un mes hemos podido lograr muchas cosas, no, aún no tenemos trabajo, no es fácil llegar a este país TAN organizado de una isla donde estamos acostumbrados a llegar a cualquier sitio y esperar a ser atendido, a uno donde usted debe solicitar una cita y esperar que llegue su día y su hora para ser atendido.
Sin embargo con todas las citas y todos los tiempos de traslados (es fácil moverse, lo difícil es la distancia) hemos logrado ya asentarnos y tener nuestro propio espacio al que llamamos hogar.
Ya todo lo que corresponde a registrarnos en este nuevo país está listo, organizado según la ayuda de memoria que nos entregaron a nuestra llegada, ya ven por qué hay que hacer las cosas de acuerdo al folleto?, porque todo sale en el orden que corresponde.
Ya la primera semana de septiembre empieza el tan esperado regreso a clases, ya todas están inscritas y esperando empezar con caras nuevas sus nuevos procesos, ahora inician las inseguridades nuestras como padres de si estarán bien, si les gustará, y los más nuevo para nosotros las tres estarán en tres colegios diferentes!. Las niñas vivirán cada una su proceso de inseguridades, pero lo más importante es que estarán compartiendo con estudiantes de sus edades, ampliarán su nuevo universo y forjarán nuevas amistadas.
Así que ya todo va tomando forma y nosotros ya nos enfocaremos en la búsqueda de trabajo, así que todo va de acuerdo al orden divino y de acuerdo a la organización.
Hasta la próxima!
